La función de las fronteras: Permeabilidad y demarcación - Martin Teising (Traducción)

 
Artículo original del Dr. Martin Teising

1. Introducción

Cada vez que nos identificamos, introyectamos o proyectamos, existe la idea de que algo está entrando o saliendo. Estos procesos sólo pueden ser pensado al concebir un intermedio separador, una frontera. En el mundo material, una frontera separa superficies, espacios y cuerpos. Al utilizar el concepto de límite, lo tópico se traslada al fenómeno abstracto de la psique.

Las raíces profundas de los conceptos espaciales en el pensamiento psicoanalítico pueden explicarse por el hecho de que la organización de la experiencia humana se produce a través de referencias físicas desde el principio (Schafer, 1972). La vida mental se organiza a partir del ego corporal, que es una unidad espacialmente sensible con aberturas y salidas. En consecuencia, el Yo es pensado dentro de los límites psicológicos del cuerpo y no fuera de él, lo que se vuelve particularmente claro en el concepto del yo-piel acuñado por Anzieu.

En primer lugar, se recuerda el primer concepto de límite psíquico que Freud describió a través del concepto de barrera de contacto. A continuación, se presentan las ideas actuales a las que se añade una propuesta aparte, los diferentes modos funcionales de los límites psicológicos que se pueden observar en el proceso psicoanalítico.

2. La concepción freudiana de la barrera-contacto

Solo en un texto temprano que nunca publicó el "Proyecto (Entwurf) de una psicología" (1895), Freud usó el término barrera de contacto (contact-barrier, kontaktschranke). El sustantivo compuesto “barrera de contacto” expresa la dialéctica de toda frontera que diferencia, “restringe” y separa lo diferente, pero esto es lo que (paradójicamente) posibilita el contacto.

De acuerdo con las ideas neurofisiológicas de su época Freud pensaba que los estímulos provenientes del mundo exterior o del interior del cuerpo golpeaban las células nerviosas en forma de cantidades (Q) de energía. Sospechaba que debía haber dos tipos de células nerviosas: un tipo que dejaba pasar la energía de excitación y la enviaba a los órganos ejecutivos por lo que después de esa conducción, las células permanecían sin cambios (inalteradas) a las cuales Freud llama elementos (phi). 

Otra parte de la energía se encontraba con otras células, los elementos psi, que formaban una barrera. que tenía la capacidad de filtrar y almacenar la energía y, por lo tanto, cambiaban (alteradas) su propia estructura. Si se repite el estímulo, es posible una reacción alternativa. Al unir los elementos psi, se creaba la memoria

En esta obra, Freud también definió por primera vez al Yo, como la totalidad de las respectivas investiduras psi, que consisten en una parte permanente y otra permanentemente cambiante. El ego se convierte así en una barrera de contacto que procesa la emoción desde adentro y desde afuera.

En el "Esquema del psicoanálisis" Freud 1938 (1940) vuelve a nombrar la función límite de la instancia del yo. “Originalmente equipada como una capa cortical con los órganos de recepción de estímulos (pro-estímulo) y los dispositivos de protección contra los estímulos (anti-estímulo), se ha establecido una organización especial que en adelante media entre el ello y el mundo exterior” (Freud, 1940, p. 68).

El concepto freudiano de la frontera ha evolucionado a lo largo de los más de 40 años entre las obras citadas desde un modelo de funcionamiento somáticamente demostrable hasta un modelo metapsicológico.


3. Concepciones actuales de la función límite

Bion (1962) tomó el concepto de Freud de la barrera del contacto y lo desarrolló aún más. La barrera de contacto surge del hecho de que las emociones e impresiones sensoriales experimentadas físicamente, que Bion llama elementos beta, reciben significados mediante la función alfa mentalizadora y, por lo tanto, se convierten en elementos alfa que pueden almacenarse.

Las cosas inmediatas que no son accesibles al intelecto son así “alfabetizadas” y por lo tanto “legibles”. Similar a cómo Freud pensó en los elementos psi como componentes de una red, Bion describe una red de elementos alfa que se multiplican a través de las experiencias y forman la barrera del contacto. Al mismo tiempo, separa las funciones del consciente de las funciones del inconsciente. El inconsciente permanece protegido (letheia). 

Un "tráfico fronterizo" regulado con la descendencia del inconsciente, pero también con los objetos sólo puede tener lugar si la barrera de contacto funciona con suficiente seguridad.

La permeabilidad de las barreras de contacto permite una relación con el mundo externo y protege adecuadamente el espacio de pensamiento contra la inundación del inconsciente.


4. Diferentes modos funcionales de la barrera de contacto.

La función dialéctica de la barrera de contacto que se utiliza para diferenciar entre la representación del yo y del objeto y para definir al yo, se examina con más detalle a continuación. Antes, se recuerdan los resultados empíricos de la investigación infantil, que muestran cómo el criterio conocido/des-conocido ya está diferenciado en los primeros días de vida. Esta distinción conduce a la interpretación: me pertenece, no-me-pertenece.

Los conceptos de barrera de contacto mencionados hasta ahora se basan en procesos diádicos. Mi razonamiento es que una función de límite segura y estable requiere un modo de función de triangulación. En cierta medida, debe ser ratificado por la intervención de una tercera instancia, a fin de evitar confusiones y disolución y, al mismo tiempo, permitir el contacto para poder hacer justicia con seguridad a sus funciones. Los modos funcionales de la barrera de contacto se pueden dividir en calidad monádica, diádica y triádica según Thomas Ogden (1989).

En el modo funcional monádico de la barrera de contacto, domina la experiencia física. El objeto se representa tocando pero no separado. Esta funcionalidad permite fusionar el toque o un cierre autista "loco". Los temores a la pérdida de la identidad no se evitan lo suficiente y pueden manifestarse. Corresponden a un estado funcional que se puede asignar a la posición autista-tocando. La unidad y la separación se perciben simultáneamente. Este modo de tocar autista (estructura sincitial) "asegura a la experiencia humana una buena medida de limitación y el comienzo de un sentido del lugar donde tiene lugar esa experiencia" (Ogden 1989, p. 84).

Un funcionamiento diádico permite diferenciar y evaluar lo percibido según aspectos cualitativos. Se crea una cuadrícula de división indiferenciada. Esta forma de funcionamiento permite la diferencia primitiva y evita experiencias de relación más maduras. Hay barreras frágiles, perforables, que solo de forma incierta pueden mantener bajo control los impulsos de la pulsión. Este modo funcional se puede asignar a la posición esquizo-paranoide.

Un modo de funcionamiento triádico, por otro lado, permite reconocer la separación y distinción del yo y el objeto en un mundo que existía en tercer lugar antes de la dualidad. Una demarcación que funciona según el modo triádico abre un espacio tridimensional para el pensamiento. El pensamiento puede reemplazar a la acción y protege contra ser abrumado por los afectos. Este modo de operación brinda suficiente protección contra los miedos y permite el contacto con objetos separados. Tal estado funcional puede atribuirse a la posición depresiva.

Los confines en el origen (2020)

5. Contacto, demarcación y permeabilidad en el proceso psicoanalítico

Como hizo Freud tiene sentido comparar la función dinámica de la barrera de contacto, con los conceptos neurofisiológicos actuales. Se describe entonces el “tráfico fronterizo” en el proceso analítico, como lo hizo Zwiebel (2002, 2004), con una membrana y consecuentemente con procesos de transporte sináptico.

En el encuentro de dos individuos la barrera de contacto que consta de dos membranas, cada una de las cuales envía y recibe impulsos bi-direccionales. Formando una hendidura sináptica. En este “espacio” formado individual e interpersonalmente por ambos participantes, recuerda al espacio intermedio (transicional) de Winnicott.

La función de una membrana en una sinapsis depende de su potencial de excitación actual, pero también de la cantidad actual de sustancias transportadoras presentes, su inhibición, la presencia de receptores específicos.

Aplicado al paciente y al analista esto significaría que ambos emiten constantemente “transmisores” en forma de palabras, gestos, fantasías (inconscientes), afectos, asociaciones, etc. Los receptores específicos pueden estar simplemente inhibidos o no existir (ausencia), de modo que no sea posible la recepción. Si los receptores y las sustancias mensajeras están presentes (presencia) en cantidad suficiente, se puede captar una excitación, independientemente de si la conducción y el procesamiento de estímulos posteriores conducen a la percepción consciente o permanecen inconscientes.

Dialéctica ser-nada (devenir) - Hegel

Los diferentes modos funcionales descritos de la barrera de contacto, como los transmisores y receptores en una comparación biológica, determinan lo que sucede en la barrera de contacto. 

La mezcla actual de funciones monádicas, diádicas y triangulares resulta en la permeabilidad de la frontera en los eventos transferenciales-contratransferenciales del proceso psicoanalítico. 

La cerrazón o apertura en la relación analítica debe entenderse como el resultado de un complejo proceso de interacción en el que la permeabilidad se modifica en cada momento y el espacio intermedio de transición se rediseña.

El proceso psicoanalítico se puede caracterizar ahora como un trabajo transformacional sobre las barreras de contacto del paciente, sobre las del analista y en el espacio intermedio, en el que se pretende alfabetizar lo que está pasando y así hacerlo comprensible, lo que se logra cuando el funcionamiento triangular predomina.

Resumen

Los límites psíquicos pueden definirse como la función por la cual las representaciones de sujeto y objeto se diferencian a lo largo de una barrera de contacto, creando así el Yo. La barrera de contacto funciona con modos de función monádica, diádica y triangular. Para comprender los procesos psicoanalíticos, puede ser útil identificar los puntos de contacto y cómo funcionan, con los que el paciente y el analista entran en contacto y se diferencian. 

Si prevalece un nivel de funcionamiento monádico, autista de tocar o diádico paranoide-esquizoide, no es posible una función contenedora y recicladora del analista. El modo funcional triangular, por otro lado, permite una percepción alfabética y transformadora de la realidad interna y externa.

Esta mirada al nivel microscópico de los límites psicológicos entre el Yo y el objeto sugiere que la superación de los límites no debe entenderse en el sentido de abolir los límites, sino en términos de un proceso de transformación que permite el contacto.


Bibliografía

Teising, M., (2005) Die Funktion von Grenzen: Permeabilität und Abgrenzung Die Kontaktschranke im psychoanalytischen Prozess. International Journal of Psychoanalysis  Link

*encontré este artículo al buscar el término "kontaktschranke" en Google

¿Qué es primero, la forma o la función de una frontera?

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